Refundar el Perú
(Parte I)
Refundar.
1. tr. Volver a fundar algo. Refundar una ciudad.
2. tr. Revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales o para adaptar estos a los nuevos tiempos.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
Todos lo hemos visto. Todos los interesados sabemos que pasó. Y pasó como el título de una película de Jodorowski, “La Repartija”.
El abismo que se extiende entre la “clase” (y lo pongo así, entre comillas) política de nuestro país y nosotros, la sociedad civil es insalvable. Estamos en un punto de no retorno. Este congreso no me representa, no representa a nuestra sociedad, no nos representa en lo absoluto.
Mancillar la conciencia de una nación, negociarla, manociarla y repartirla es un deporte común en ese juego seudo- político que se han creado la mayoría de políticos para ejercer su chatísima visión de servicio al país, por no decir nula. Los intereses son otros, personales, oscuros, mezquinos.
Es más, el interés común de esta nación está fuera de los cálculos de la mayoría de ellos, sino en contra.
Pues entonces la sociedad peruana se debe deshacer se ese lastre si quiere, algún día, establecer una verdadera democracia en el Perú.
Debemos refundar las instituciones de este país porque las que tenemos no nos han servido en lo absoluto. No han construido ciudadanos: los han sistemáticamente reprimido. No ha creado una verdadera clase política: Ha creado una clase de meretrices de la política en servicio del poder económico. No ha creado una democracia participativa: nos ha entregado la política del atropello, del bruto que se impone, de la corrupción perenne.
Personajes chatos y mezquinos los habrá siempre, pero parecería que este sistema los potencia, los eleva al cuadrado y los esparce como ventilador con hélices para contaminarlo todo.
Y así tenemos lo que tenemos. Como dice Juan de la Puente en su artículo ‘La primavera chola’: http://juandelapuente.blogspot.com
“Es la convicción de un sector de la población de que la reforma política en el Perú ya no será con los partidos sino contra ellos.”
Debemos refundar las instituciones que sirven en nuestro país para gobernarnos. Reformular el sistema que utilizamos. Porque no solo el congreso de la Republica (este congreso con minúscula) es el problema. Pereciera que todo el tinglado esta carcomido y gangrenado.
El novelista G.K. Chesterton decía que si la gente no creía en Dios, creería en cualquier cosa.
Lo terrible es que lo mismo se puede decir de la democracia. Si la gente ya no cree en ella, puede comenzar a creer en cualquier cosa. Y lo que hemos avanzado en este tiempo nos ha costado mucho. Demasiado para ahora dejárselo todo en las manos de “seres alienados y enajenados”.
La solución está en nuestras manos.
Carlos García Rosell A.